Festival de Coreógrafos Latinos

Baruch Performing Arts Center, Nueva York
Agosto de 2011



Por Laura Di Orio



En su cuarto año, el Festival de Coreógrafos Latinos evidentemente está evolucionando. El programa de este año, comisariado por su fundadora y directora, Ursula Verduzco (quien también coreografió, bailó y creó el vestuario para las piezas del programa), fue expansivo en su género de danza, opciones musicales y sentimiento. Reafirmó que todo artista tiene una voz, algo que decir y debe tener la oportunidad de hacerlo.

Las obras de 12 coreógrafos de ascendencia latina y una de Aszure Barton, la coreógrafa no latina elegida este año, se presentaron en el Baruch Performing Arts Center de la ciudad de Nueva York, un nuevo hogar para el festival. Algunos de estos nombres eran nuevos para mí, mientras que otros conocía, pero en general estaba muy asombrado por la dedicación de los coreógrafos a su trabajo y también por el compromiso de los bailarines con él.

Steven Gray y Jennifer rezan en 'Algún día' de Eloy Barragán. Foto de Rachel Neville



Un favorito, 'Some Day', coreografiado por Eloy Barragán y bailado maravillosamente por Steven Gray y Jennifer Pray, me dejó boquiabierto. El tirón entre la suavidad y la pasión de 'Some Day' te hizo sentir por la pareja, vestida de tonos neutros y apagados, durante sus momentos de soledad y armonía.

'Maria', el trabajo de Antonia Urzua, contó con una apasionada colaboración entre bailarines y también entre música (está ambientada en una fusión de Tracy Chapman y Arvo Part, que funcionó inesperadamente bien). En un momento dado, un bailarín levantó y balanceó a otro a través de un soporte para la espalda con asas. Los personajes se volvieron, en más de un sentido, menos apegados, y fue una relación llena de reacción.

Otro destaque fue 'La Danza del Fernando' de David Fernández, un baile con un fuerte trasfondo de historia narrativa y, en ocasiones, elementos de humor, intriga y sorpresa. Roberto Lara se convirtió en un héroe deslumbrante, y también fue agradable ver a Fernández en el escenario.



Verduzco y Fredrick Davis fueron técnicamente fuertes y divertidos en el diálogo gestual en 'Lights On' de Benjamin Briones. Y 'Triangulo' de Alejandro Chávez, con tres hombres casi idénticos en apariencia y estilo de baile, contó la historia de un intenso triángulo amoroso. La música de Fazil Say lo acompañó bien, contando la historia junto al movimiento, y los momentos de quietud fueron tan poderosos como los más enérgicos.

Completando el programa estaba 'Blue Soup' de Barton, con una diversa cosecha de bailarines de The Steps Repertory Ensemble, todos vestidos con trajes de negocios. La pieza era inteligente, divertida y ciertamente pulida.

Aparte de algunas transiciones de iluminación incómodas (un par de piezas, lamentablemente, también estaban muy poco iluminadas) y un programa algo largo (aunque estoy seguro de que fue difícil reducirlo), Verduzco mostró un grupo de artistas perspicaces. Estoy emocionado de ver lo que nos espera para el Festival del próximo año.

Foto superior: Ursula Verduzco y Fredrick Davis en 'Lights On' de Benjamin Briones. Foto de Rachel Neville

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